Friday, July 26, 2019

Crónicas de una "cogía e pendejo"


Crónicas de una “cogía e pendejo”

Estimado lector, por si acaso, este es el resumen del resumen, del resumen de cómo a lo largo de la historia nos han cogido de pendejos como pueblo. Seguramente, habrá muchos ejemplos que se quedarán en el tintero, pero desafortunadamente en la vida no hay tiempo para discutir todo. No obstante, si bien es cierto que reconocer esta realidad puede ser doloroso o incluso hasta vergonzoso, podemos consolarnos en el hecho de que eso se acabó. Y que el próximo que venga a “güirear” la va a pasar mal. Si no pregúntenle a Ricky y sus secuaces. Bueno… ahora a lo que vinimos.

Desde el comienzo de nuestra historia a los puertorriqueños nos han querido coger de pendejos. Fíjese usted, cuando llegaron los españoles, vinieron en sus embarcaciones, con sus armas y con su sed de oro y riqueza. ¿Y qué pasó? Nos dijeron: Tranquilos que todo va a estar bien. ¿Y que pasó? ¡Que nada estuvo bien! Primero, arrasaron con los indios taínos y no conformes con esto mandaron a buscar gente a África y cuando estos se pusieron con guaperías también arrasaron con ellos. OJO, nótese cómo en los libros de historia nos repiten cómo los indios eran unos pendejos y se creían que los españoles eran dioses. Y, no olvidemos cómo se omite que los negros se rebelaron un montón de veces, para así también hacerlos pasar como unos pendejos. En otras palabras, es como si el fundamento de nuestra sociedad estuviese basado en la pendejería.

No obstante, luego, cuando los criollos empezaron a creerse gente distinta a los de la metrópoli estalla la guerra Hispanoamericana en la que EE.UU zurra a los españoles y en 1898 llegan a la isla disparando flores. En ese momento a muchos les vendieron el cuento de que los yanquis eran la cuna de la democracia y que eran la nueva cara de las relaciones internacionales. Eran los yanquis el estandarte de la libertad. Mientras tanto, Betances en el exilio afligido cuestionaba: ¿Qué les pasa a los puertorriqueños que están pendejos y no se rebelan? El asunto es que Betances lo había visto claro porque, como de costumbre, de lejos se ven mejor las mentiras. No hicieron más que llegar los yanquis y empezaron los gobiernos militares y el trato excluyente. Es como que: te traigo la democracia a pescozones. Empezó la persecución de los que se creían puertorriqueños, la persecución del lenguaje y de lo que sea que fuese la identidad nacional. Era como una casería de brujas mezclada con los compontes españoles, tú sabes. La cuestión es que el yanqui se dio cuenta que el puertorriqueño promedio era problemático, que no se dejaba, que mantenía sus tradiciones y seguía hablando español. Yo creo que eso era lo que más le jodía y le jode a estas alturas. Porque, cómo puedes someter a alguien que pasa de tu simbología e ideario construido a través del lenguaje.

Pues para hacer el cuento largo corto, para la década del treinta la cosa se empieza a complicar aún más porque nace toda una generación de escritores que definen lo que es ser puertorriqueño y todo lo que eso conlleva en relación con la patria y esas cosas. A esto se le suma un señor llamado Pedro Albizu Campos que era un liante, o sea que armaba lío y se convirtió en un verdadero “pain in the ass” para los yanquis. Este señor era un problema porque decía que a los yanquis había que darle plomo porque no respetaban la patria. Y el que no respeta a la patria no respeta ni a su madre. Y nadie quiere ser pana de quien no respeta ni a su madre. Por lo tanto, en ese ambiente convulso pues al yanqui y al gobierno local no les quedó más remedio que mandar a callar a todo el mundo y pasaron la Ley Mordaza del 1948. Esta decía que: Aquí no se habla mal de los yanquis, ni del gobierno, ni del colonialismo. En otras palabras, era la manifestación máxima de la libertad de expresión que trajo el águila a los puertorriqueños. Qué sucede, después de acabar con Don Pedro, tras torturarle y vilipendiarle, el 25 de julio de 1952 se establece la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Un proyecto de ley aprobado a través del congreso de los Estados Unidos, firmado por par de gente incluido Luis Muñoz Marín y que define el engranaje jurídico-político de Puerto Rico.

OJO, en esta última oración hay muchas cosas que suenan raras… vamos a ver. El 25 de julio es una fecha que tiene lo suyo. Porque ese mismo día en el 1978 ocurre una de las encerronas míticas que despertó gran indignación en la gente. Lo del Cerro Maravilla fue uno de esos intentos en los que nos quieren meter miedo y coger de pendejos a la misma vez. Fue una movida para recordarle a la gente que el Estado manda y ejerce violencia sobre quien quiera y no puedes hacer nada al respecto. Pues así, el 25 de julio del 1952 se constituyó como el día en el que, en efecto, te quisieron coger de pendejo y no pudiste hacer nada. Ese día nos presentan una constitución que, si bien es cierto que tiene más derechos civiles que la yanqui, contiene una letra pequeñita donde se mantienen intactas clausulas territoriales coloniales y comerciales vinculadas a las leyes Foraker y Jones. Tú sabes, esas leyes que dicen que los boricuas somos propiedad de los yanquis y podemos comerciar a través de los yanquis y que no nos dejan hacer el tipo de cosas que solo pueden hacer los países de verdad.

Entonces, lo más duro es que nuestra constitución, que es el documento fundacional del país, es al mismo tiempo el yugo que restringe nuestro crecimiento y autodeterminación. Así Luis Muñoz Marín nos miró a la cara y nos dijo que éramos un Estado Libre Asociado. ¡MIRE LOCO! ¡NO SOMOS NI ESTADO, NI LIBRE, NI ASOCIADO! Esa es la mayor cogía de pendejo de la historia del país. Primero que no somos estado porque no somos ni estado de la unión yanqui ni mucho menos un Estado soberano que se manda así mismo. Si no me cree mire la determinación del caso Sánchez Valle. Por otra parte, de libre no tenemos mucho porque si no podemos comerciar con quien nos dé la gana pues poco se puede hacer. ¿Alguien se acuerda de aquella vez que le quisimos comprar arroz a los dominicanos, pero la FDA nos dijo que no porque no era saludable y luego nos lo vendió Monsanto? Otra cogía de pendejo más.

Bueno y en cuanto a la asociación no sé qué les parecerá nuestra asociación con los yanquis. Cuando tu economía genera billones para la economía de ellos mientras recibes menos de una cuarta parte de lo que das eso no suena a una asociación. ESO ES UN DESFALCO. En definitiva, el pan, tierra y libertad se ha ido quedando corto, sobre todo luego de la operación manos a la obra. Ese proyecto de desarrollo de país que basó el progreso de Puerto Rico en todo menos en el desarrollo interno de Borinquen. Fue el capital extranjero, las empresas foráneas, las exenciones contributivas y el posterior nacimiento del Estado asistencial lo que dieron forma al país que tenemos hoy día.

Entonces la gente dice: no, pero ¿dónde estaríamos sin ella, sin los yanquis? Pues de lo más bien. ¿No estuviste sin los yanquis después de María y con un gobierno corrupto encima? Bueno eso es otro tema, el asunto es que la pelaera que evidenciamos hoy día es producto de las decisiones de una gente que dijo: vamos a montar un país para que lo goce otra gente.  Ven acá, se supone que Puerto Rico es para los puertorriqueños. ¡Pues no! Puerto Rico es para los inversionistas, para los panitas, para los contratistas, los políticos, los güireros y los turistas. De hecho, el problema con Puerto Rico es que está lleno de puertorriqueños que hablan español, son parceleros y bailan reggaetón frente a la fortaleza. No obstante, vamos a ceñirnos a la historia y a la cronología que si no se forma el despelote.

Después de pasarnos gato por liebre con la constitución pues hubo gente que no quedó convencida. Particularmente los del partido independentista. Ellos decían que la constitución era colonial y constituía un atropello contra el pueblo de Puerto Rico. Y en eso tenían razón, no obstante, según pasaron los años el independentismo fue perdiendo fuerza (por muchas razones) Y aquí es donde conviene prestar un poquito de atención porque llegamos a la era del penepeismo. Cuando viene don Luis A. Ferré y dice que nosotros debemos ser parte de la gran nación. Claro, como El Boot Strap Op se estaba yendo al garete pues había que darle cuerda al muñeco con otro embuste. ¡VAMOS A SER PARTE DE EE.UU! Chico así no… con eso no se juega.

El problema es que la gente se lo compró y a partir de ahí la vida se ha dividido entre rojos y azules porque los independentistas son unos antisociales que no quieren convivir con nadie y desean existir en soledad. El independentismo murió por muchas razones, pero la más importante fue el miedo. El asunto es que a nosotros lo que nos han metido es miedo. Miedo a la soledad, miedo a la autodeterminación, miedo a no tener fondos federales, miedo a la (des)dolarización, miedo a existir jurídicamente ante la comunidad internacional. En definitiva, nos han metido miedo a ser nosotros mismos. El miedo a echar pa adelante, el miedo a ser como Cuba, el miedo a terminar como Venezuela, el miedo a ser una república. Eso mi gente es oooootra cogía de pendejo más. Vamos a ver, ¿los EE.UU sigue un sistema de gobierno de qué tipo? RE-PU-BLI-CA-NO… Si, republicano, eso para empezar, como la mayoría de los países del llamado primer mundo. Por otro lado, Cuba y Venezuela… ¿Qué pasa con ellos? ¿Son el cuco? ¿Son leprosos? No, son socialistas-comunistas y responden a una tradición ideológica distinta y severamente condenada por los yanquis. ¿En Puerto Rico triunfó el comunismo o el socialismo? No, pues mantenga la calma, que igual hay cosas de esos regímenes que deberíamos emular… pero ese es otro tema.

La cosa es, y perdonen el desfase, que bajo el penepeismo figuras como Carlos Romero Barceló y Pedro Rosselló alias el Mesías prometieron la panacea. Vamos a ser más yanquis que los yanquis decían. El problema es que votación tras votación, referéndum tras referéndum ha pasado lo mismo que pasó con la unicameralidad. NADA. Los yanquis dicen que no sabemos lo que queremos, los populares no están de acuerdo con las fórmulas de estatus y pelean, los penepes dicen que van a traer la estatidad y los meten presos por corruptos. En definitiva, la pequeñez del debate político en torno al estatus ha llegado hasta niveles absurdos precisamente porque eso es lo que busca la clase política. Ellos juegan a que pase el tiempo, a que no se logre nada para poder seguir guisando bajo sus respectivas formulas de progreso. El partidismo que vive el país está fundamentado en la idea de que el país se creará de afuera hacia adentro en función de la fórmula de estatus que nos den. Y el problema es que el país se forma de adentro hacia afuera. Eso es lo que nos ha recordado María. Dentro de todo el sufrimiento colectivo, el dolor ante la pérdida de seres queridos y la rabia frente a la mediocridad de Rossellito hijo. María nos ha recordado que aguantamos, que resistimos y que sabemos discernir lo que es bueno versus lo que es dañino. Y no hay nada más dañino para un país que una clase política que se cree impune y que vive de las esperanzas de la gente. Una clase política que se ríe del sufrimiento de su pueblo. Eso va tanto para el PPD, el PNP y el PIP. Ustedes han perdido el favor de sus constituyentes porque no trabajan para ellos sino para su burbuja ideológica cuya prioridad es el guiso y el fondo electoral. ¿Cuál es su problema? Que la gente ya les vio la cara. ¿Cuál es nuestro problema? Que no hay caras nuevas y tenemos que abolir el partidismo.

Ese es el reto real para estos nuevos tiempos…No obstante, a partir de este 25 de julio de 2019 hemos escrito una nueva página en la historia del país. Y le hemos enviado un mensaje claro a la clase política. Somos muchos y no nos vuelven a coger de pendejos.

En el próximo escrito hablaré más sobre cosas que podemos hacer para construir un país diferente. Yo las soltaré a ver qué les parecen y si merece la pena intentarlo. Mientras tanto compartan este escrito, comenten, critíquenlo. En fin hagan lo que quieran que es para eso.

Víctor A. Meléndez

Nota: Por favor no se olvide la acumulación sostenida de deuda pública para el enriquecimiento sostenido de los panitas. Ojo, esto evidencia una pobre cultura administrativa y patrones conductuales que tienden a la degeneración moral y política. Sin contar que es una cogía de pendejo monumental para los constituyentes. No lo he planteado aquí por razones de tiempo y espacio pero considero que es un tema más que evidente en nuestra realidad socio-política. Y si esta deuda se auditara, seguramente, saldríamos de toda la clase política y haríamos la revolución democrática. No obstante, reconozco que hay que ir poco a poco siguiendo pasos de bebé para no caernos tan rápido. 

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